¿Te has dado cuenta que el turismo está muy segmentado? Ahora, casi por norma, los paquetes turísticos están diseñados para cierto segmento de la población y eso delimita perfectamente las actividades que se ofrecen y los turistas disfrutarán más de ellas. Una de esas segmentaciones es el llamado turismo inclusivo, no obstante lo bonito y sensible que pueda parecer la palabra, puede no estar bien utilizada de acuerdo al objetivo. Si por inclusivo quieren decir que “incluye” (palabra que no me gusta mucho) a personas de diferentes condiciones o capacidades pues se queda corto. Aquí no quiero entrar en un barril sin fondo para comentar la idea de la palabra“inclusivo”; lo que sí me gustaría es que juntos optemos por un pequeño cambio de “inclusivo” a “accesible”. Me explico: ¿para qué quiero un “turismo inclusivo” si en la práctica puede no ser accesible o delimitante?, y esto lo menciona la Organización Mundial de Turismo (OMT) al afirmar que “Todos los turistas desean vivir experiencias únicas y adaptadas a sus necesidades. El Código Ético Mundial para el Turismo de la OMT, marco de referencia global para un desarrollo responsable y sostenible del sector, subraya en su artículo 7 que todas las personas deben de ejercer su derecho a disfrutar del turismo sin obstáculos. Entre los más de mil millones de turistas internacionales, un porcentaje elevado lo componen familias con niños pequeños y/o personas mayores, así como personas con discapacidad u otras necesidades especiales” . Como lo puedes ver, debemos comenzar a hablar más de la accesibilidad ya sea a la playa o montaña para aquellas personas con sillas de ruedas o bastones, o a recorridos por calles que tengan pasamanos y/o buenas banquetas para adultos mayores, etc., esa es la accesibilidad que debemos comenzar a exigir y ofrecer. Claro que debemos ser más incluyentes pero también más sensibles a la accesibilidad.
La accesibilidad turística es un deber moral y ético que cada eslabón de la cadena productiva de esta industria del turismo debe de implementar, de entrada no se requieren grandes inversiones económicas, con solo acercarse a las personas con alguna discapacidad, a los adultos mayores o a los niños y simplemente preguntarles: ¿qué les gustaría que se implementara en x destino para que su experiencia turística sea más memorable? de esta manera, sabremos de primera mano qué es lo que estos usuarios requieren, tan simple como una pregunta.
En esta operadora turística hemos venido analizando la necesidad de crear y desarrollar un proyecto de playa accesible a todos, que incluya la diversión a todos los visitantes independientemente de sus capacidades o discapacidades; un lugar en donde la diversión no dependa de “vayan, los veo desde aquí porque ya no puedo llegar más lejos”. Espacios hay, cerebros hay, pero falta la voluntad; por ello es necesario volver los ojos a algunas playas accesibles en España (en México tenemos una en Cuaestecomates, Jal.) y ver cómo han logrado la integración de todos, tomarlos como ejemplo y comenzar a construir la idea de la cual muchos se beneficiarán. Es fácil, claro que no; imposible, claro que no.
Inclusión si. Accesibilidad si.- los términos no están peleados el uno con el otro, solo debemos utilizarlos más eficientemente, de tal manera que la idea final llevada a la práctica confirme esa palabra. Incluyamos a todos en los paquete turisticos: a personas con discapacidad, a adultos mayores, a niños, a personas de la comunidad LGBTI, a familias tradicionales, a personas divorciadas, viudas o dejadas, incluyamos a todos; pero hagamos que las actividades y los destinos turísticos sean accesibles a todos ellos que hemos incluido.
Hasta la próxima, saludos y abrazos.